Llegaron vientos de cambio, Camilo Torres es elegido como asesor del cabildo Santafereño, al poco tiempo llegó el grito de independencia; por fin, los americanos expulsarían a los Chapetones de la nueva granada. Los españoles huyeron hacia Cartagena, por temor a las represalias de los criollos furibundos. Entre los españoles que huyeron estaba el virrey Amar y Borbón quien en su viaje se hospeda junto a su esposa, en Guaduas, precisamente en la casa de las hermanas Salavarrieta. Fue inevitable que nuestra joven e intrépida heroína no cruzara algunas palabras con los virreyes; al hablar con la virreina, expresó sus ideas sobre porqué las naciones, deben regirse por cuenta propia, demostrando su patriotismo. La virreina quedó eclipsada con la inteligencia de la Pola; al despedirse, de la joven, la mujer no podía imaginarse que sus palabras serian un augurio:
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La Pola y la virreina conversando |
“Cuídate mucho, Polonia, eres muy joven y bella; los tiempos son difíciles.
No vayas a precipitarte a un final trágico.”
Junto al cambió también vinieron momentos difíciles y de escasez, la difícil situación hace que la Pola, que ya es una señorita, decida mudarse a Santafé, para trabajar como costurera. Al llegar a la ciudad su emoción creció más cuando supo que estaría cerca de sus dos hermanos José maría, a quienes veía solo en navidad, estos habían optado por ser centralistas partidarios y seguidores de Antonio Nariño.
En 1812, la Pola es recibida en la casa de Doña María Matea Martínez Zaldúa y Plaza, esposa del doctor Manuel María Martínez Zaldúa y Plaza, amigo de los Salavarrieta, quienes le tenía gran aprecio a la Pola, por sus buenos modales e inteligencia, es contratada como niñera y dama de aguja; la dulce personalidad que tenia, en conjunto a su habilidad como costurera, le abría, la puerta de más de una casa en la ciudad de Santafé, donde era gustosamente recibida por las señoras. Cuando la familia Zaldúa viajaba a Honda, la Pola aprovechaba este tiempo para ir a Guaduas a visitar a sus hermanos.